Este es un vídeo en el que podemos ver, condensado en apenas 3 minutos, las más de 40 horas de encierro que tuvo que sufrir un oficinista del edificio McGraw-Hill. Es realmente curioso, al verlo uno se siente como un científico que estuviese estudiando a un ratón de laboratorio, intentando salir de su jaula. Por lo visto el pobre hombre quedó traumatizado y nunca volvió a trabajar allí.
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